Parque Glaciar El Mosco

Una Inmersión en la Naturaleza de Villa O’Higgins

Nuestra experiencia en el Parque Glaciar El Mosco en Villa O’Higgins. Nothofagus y paisajes glaciares al fin de la Carretera Austral.

Nuestra visita al Parque Glaciar El Mosco en Villa O’Higgins representó una inmersión profunda en la naturaleza patagónica. Este espacio natural, con una misión clara en la conservación del hábitat del huemul, nos invitó a explorar sus senderos. A través de bosques nativos y miradores imponentes, descubrimos un ecosistema vibrante donde la flora y fauna se manifiestan en un entorno glaciar. Te contaremos cómo fue nuestro día en este rincón del mundo, donde la conservación y la aventura se encuentran.

Parque Glaciar El Mosco, Un Compromiso con la Conservación

El Parque Glaciar El Mosco tiene como objetivo central la conservación del hábitat del huemul, un ciervo nativo en peligro de extinción. Este propósito se materializa a través de una concesión gratuita de largo plazo, otorgada a la Ilustre Municipalidad de O’Higgins. Esta asignación, establecida mediante decreto exento N° 1074 del 07 de octubre de 2015, asegura la protección de un Bien Nacional Protegido.

Se trata del Río Mosco, un inmueble fiscal destinado al Ministerio de Bienes Nacionales por decreto exento N° 285/2006. Su superficie abarca 10.316,52 hectáreas en la comuna de O’Higgins, Provincia Capitán Prat, dentro de la Región de Aysén del General Carlos Ibáñez del Campo. Este marco legal demuestra el compromiso de Chile con la preservación de su patrimonio natural, especialmente en zonas tan remotas y valiosas.

Preparativos para la Exploración en Villa O’Higgins

Como cada día de sendero, despertamos muy temprano en la mañana. En esta ocasión, el pequeño bosque de ñires que nos cobijaba en el camping nos ofrecía un resguardo ideal. Para nosotros, iniciar los recorridos a primera hora es fundamental. Así, podemos disfrutar con más tranquilidad del camino y, al finalizar, dispondremos de más tiempo para descansar y recuperar energías. La brisa fresca de la mañana y los primeros rayos de sol que se filtraban entre las ramas ya prometían un día especial.

Después de alistar nuestra mochila y disfrutar de un buen desayuno, caminamos hasta el ingreso del Parque Glaciar El Mosco. Este se encuentra a solo un par de calles del camping, dentro de la misma Villa O’Higgins. Las oficinas administrativas del parque están habilitadas de lunes a viernes, de 8:30 a 17:30 horas. El ingreso al parque es completamente gratuito, pero es importante respetar su horario restringido, que busca preservar la tranquilidad del ecosistema.

Si te interesa conocer más sobre la fauna local, quizás te interese nuestro post sobre AVES DE LA PATAGONIA: 7 QUE PUEDES VER EN LA CARRETERA AUSTRAL.

La Red de Senderos, Opciones para Cada Aventura

El parque cuenta con una red de senderos clasificados por nivel de dificultad, bajo, medio y alto. Estos recorridos se pueden realizar en medio día, día completo o incluso hasta en dos días, con la posibilidad de pernoctar en un campamento habilitado en el sendero de mayor distancia. Es altamente recomendable consultar previamente en la oficina del parque cuáles senderos se encuentran operativos en el momento de tu visita. Además, si no se tiene gran experiencia o experticia en este tipo de actividades, es aconsejable contratar un guía local. Ellos comparten su conocimiento y disposición para brindar una experiencia segura y enriquecedora, desvelando detalles del entorno que de otra forma pasarían desapercibidos.

El Circuito del Mirador La Bandera

En esta oportunidad, y considerando las condiciones climáticas del momento, así como la planificación que teníamos en nuestra ruta general, decidimos realizar un circuito de aproximadamente 5 kilómetros. Este recorrido, clasificado como de nivel medio, contemplaba principalmente tres senderos. Iniciamos con el sendero al mirador La Bandera, con una distancia aproximada de 1.2 kilómetros. Posteriormente, seguiríamos por el sendero Los Cóndores, de 1.7 kilómetros, y para finalizar, el sendero Mirador del Valle, con una longitud de aproximadamente 1.9 kilómetros.

Ascenso Inicial, Vistas de la Villa y el Valle

Iniciamos nuestro recorrido con el objetivo puesto en el mirador La Bandera. Este primer tramo presenta un desnivel de aproximadamente 450 metros, llevándonos a una altura de 722 metros sobre el nivel del mar. El sendero parte desde la oficina del parque. Desde allí, ascendimos por una red de escaleras que conducen a un pequeño mirador con forma de refugio. En esta primera parte del ascenso, ya pudimos obtener una vista elevada de la villa, el valle y las cumbres que se erguían enfrente. Continuamos adelante, las escaleras terminan y el sendero se vuelve más agreste. Durante esa semana, las condiciones climáticas habían traído consigo nieve, y como consecuencia, muchos sectores del sendero estaban con gran cantidad de barro. Es importante mencionar que la huella del sendero estaba bien marcada, lo que facilitó seguir el camino sin desviaciones.

Para preparar tu equipo, revisa nuestra guía: 5 ELEMENTOS QUE NUNCA PUEDEN FALTAR EN NUESTRA MOCHILA.

Travesía por el Bosque de Nothofagus

A medida que avanzábamos, el ascenso continuaba, y nos sentíamos cautivados por la altura de este atractivo bosque. La presencia de diversas especies de Nothofagus, como lengas, coigües y ñires, revelaba la magia de lo natural. El aroma fresco de la mañana, el canto constante de las aves y los rayos solares que se filtraban entre las altas ramas hacían de este sendero un lugar muy especial. Además, tuvimos la agradable compañía por un momento de dos especies de aves muy particulares, que hicieron aún más memorable este segmento del recorrido.

Encuentros con la Fauna Alada del Bosque

Nos encontramos con el chucao y el hued hued, dos pequeñas y hermosas aves que habitan en el sotobosque. A través de su distintivo canto, pudimos seguirlas para luego observarlas, contemplarlas e incluso fotografiarlas. Con ellas, obtuvimos nuestro primer gran premio de montaña, un encuentro cercano con la vida silvestre que habita en estos bosques patagónicos.

Si te interesa conocer más sobre la región, mira nuestro post sobre 5 COSAS PARA HACER EN PUERTO RÍO TRANQUILO.

Ave Hued Hued Fotografía de aves en la Carretera Austral por Parche y Le Cuento

El Mirador La Bandera, Naturaleza Imponente

Después de esta pequeña pero gratificante distracción, continuamos ascendiendo y el clima se ponía cada vez más fresco. Algunas ráfagas de viento y unas pequeñas gotas de agua que caían nos hacían pensar que la lluvia llegaría en cualquier momento, añadiendo un elemento de incertidumbre a la experiencia. Finalmente, logramos nuestro primer objetivo, llegar al mirador La Bandera. Exhaustos pero llenos de satisfacción por este primer tramo, nos encontramos ante un lugar que revelaba su naturaleza hostil, agreste e inhóspita. Si bien habíamos estado en muchos lugares alejados y adentrados en la montaña, aquí algo se sentía muy distinto, una soledad profunda y una conexión única con la inmensidad.

La ubicación geográfica de Villa O’Higgins es muy particular. Aunque es conocida como «el final de la Carretera Austral«, esta pequeña población se encuentra estratégicamente al sur de los Campos de Hielo Norte y al inicio de los Campos de Hielo Sur. Estas son dos de las masas glaciares más grandes de Sudamérica y una de las mayores reservas de agua dulce del planeta, lo que le confiere a la zona un carácter de frontera entre gigantes de hielo.

Camila con árboles otoñales de fondo

Continuando hacia el Mirador Los Cóndores

Posterior a una sesión de fotos que capturó la magnificencia del Río Mayer, el Lago Ciervo, el Lago Cisnes y las altas montañas que los rodeaban, recuperamos la energía y continuamos nuestro camino por el Mirador de los Cóndores. Este sendero avanza bordeando toda la montaña, lo que nos permitía mantener siempre a la derecha la vista del valle y los lagos mencionados. Al frente, se podía divisar el bosque que contrastaba con las bajas aguas de desagüe del Río Mayer, desembocando en un brazo del Lago O’Higgins.

Vistas Panorámicas y la Magia del Otoño

La magia del otoño nos cautivaba en ese momento. Caminábamos a través de un frondoso bosque de lengas, ñires y coigües. Sus atractivos colores verde, naranja y rojo se contrastaban en el horizonte con el gris, turquesa y blanco de las arenas, rocas, lagunas y las altas cumbres glaciares. Durante el recorrido, estuvimos muy atentos a las condoreras que allí se postran, con la esperanza de poder observar los majestuosos cóndores que habitan en la zona.

La Aparición del Glaciar El Mosco

Avanzamos hasta encontrar nuestro segundo gran premio de montaña. Frente a nosotros se alzaba una imponente masa de hielo adherida a la gran pared rocosa que allí surge, El Mosco. Tan prístino como la mayoría de las maravillas naturales que observamos en esta región. Tuvimos unos cuantos metros para observarlo con detenimiento, antes de que el sendero comenzara a descender y toda nuestra atención se centrara en el descenso y la precaución para no caer en el terreno resbaladizo.

Para más consejos de viaje por la Carretera Austral, te recomendamos leer nuestros TIPS DE VIAJE EN LA RUTA 7.

Descenso y el Sendero Mirador del Valle

Cuesta abajo, llegamos hasta un lugar denominado Mirador del Valle. Allí convergen tres senderos, el Cóndor, por el cual habíamos descendido, el Río y Glaciar El Mosco, que continuaba por un estrecho hasta llegar a la parte baja del glaciar y el sendero Mirador del Valle. Este último sería el que tomaríamos para poder volver hasta el ingreso del parque.

Un Descanso Estratégico en el Valle

Aprovechamos el descanso en ese punto para tomar unos mates y comer unos pancitos, mientras disfrutábamos del atractivo paisaje. Una vez más, éramos solo nosotros y la naturaleza, que nos permitía estar en ella, en un momento de paz y conexión. Retomamos el camino, pero esta vez con un pequeño problema. La señalética indicaba el lado por donde continuaba el sendero, pero la huella no era tan clara. En esta zona conviven algunos caballos salvajes con ganado, y esto había generado varios caminos que llegaron a confundirnos de dirección.

Caminando entre Senderos y el Reino Fungi

Sin embargo, observamos bien y, sin alejarnos del sector, pudimos ver una tranquera. Aunque estaba cerrada, era la que nos daba el paso para continuar por el sendero correcto. Desde allí, ingresamos nuevamente a la parte baja del bosque. Enormes árboles se alzaban sobre nuestras cabezas y la luz que ingresaba era tenue. Estas condiciones son perfectas para que la vida florezca de maneras inesperadas. En esta parte del sendero, y durante esta temporada, un reino muy particular prospera, el reino fungi. Por ello, nuestra vista ahora se posaba constantemente en el suelo. Queríamos admirar estas pequeñas, coloridas y muy atractivas formas de vida que adornaban el sotobosque. Este sendero cuenta con una huella bien marcada y en algunos tramos se debe pasar por pequeños escalones. Avanzamos por el par de kilómetros restantes hasta llegar nuevamente al pequeño mirador con forma de refugio. Allí descendimos y volvimos a la villa después de un hermoso y exigente recorrido.

Si te interesa conocer más sobre nuestras rutas, mira nuestro post sobre RÍO COCHRANE UN DESCANSO IDEAL EN EL CAMINO

John y Camila en el Mirador del Valle en Villa O’Higgins

Regreso, una Aventura Memorable en Villa O’Higgins

La jornada en el Parque Glaciar El Mosco fue una experiencia de conexión profunda con la naturaleza patagónica. Desde el desafío de los ascensos hasta el asombro frente al glaciar y la vida silvestre, cada paso en Villa O’Higgins nos recordó la importancia de la conservación. Esta travesía no solo reveló la belleza de sus bosques y miradores, sino que reafirmó el valor de explorar estos ecosistemas únicos. Un recorrido que, sin duda, llevaremos con nosotros como un recuerdo vívido de la Carretera Austral.

Consejos Esenciales para Visitar el Parque Glaciar El Mosco

  • Visita la oficina del parque en Villa O’Higgins para información actualizada de senderos.
  • Considera contratar un guía local si no tienes experiencia en trekking.
  • Lleva ropa adecuada para la lluvia y el viento, incluso en verano.
  • Usa calzado de trekking impermeable y con buen agarre, para barro y desnivel.
  • Empaca suficiente agua y comida para tu recorrido, no hay servicios en los senderos.
  • No olvides binoculares para la observación de aves y paisajes lejanos.
  • Lleva tu cámara protegida y baterías extra, las vistas lo merecen.
  • Respeta la flora y fauna, y mantén el silencio en las zonas de avistamiento.
  • Lleva una bolsa para tus residuos y regresa con ella, aplica el «no dejes rastro».
  • Infórmate sobre los horarios de ingreso y cierre del parque.
  • Si hay nieve o barro, sé precavido y evalúa tu capacidad.
  • Disfruta el contacto con la naturaleza, es un lugar único para la reflexión.

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